Aunque cueste creer, uno de los lugares mas promocionados de nuestra zona, como lo es el Valle del Lunarejo, era un lugar desconocido para mi. Si bien, tuve oportunidad de llegar en más de una ocasión a las cascadas que hay en la zona cercana al campo de Abelenda, entrando frente a Masoller, nunca había visitado el valle en la parte inferior de la cuchilla.
Fue con ese fin, y con otro que mas adelante les voy a contar, que recibí el día sábado, una invitación de mi amiga Carina Rodríguez, auspiciada por el “Arta” Valdomir y su familia, para ir a realizar una caminata por la mencionada zona el día domingo.
El propósito era ir en auto hasta el campo de ellos, dejar ahí el vehiculo y arrancar a caminar costeando el monte, hasta llegar a un lugar llamado “Cañada de los Negros” donde supuestamente había una caída de agua.
Los planes decían que al llegar al lugar, se armaría un pequeño campamento y tiraríamos al fuego unos chorizos, para reponer energías y descansar antes de emprender el viaje de regreso, ya que desde el campo hasta la cañada son aproximadamente 10 Km. (si, 10 kilómetros de caminata) de ida y otros 10 de vuelta obvio, ya que ómnibus todavía no llega hasta ahí.
Bueno, la cosa arranco el domingo a las 8:45 de la mañana cuando partimos de lo de Arta, equipaje en mano, o mejor decir a espaladas, ya que todos llevaron sus mochillas cargadas de agua y pan, excepto yo, que por levantarme muy sobre la hora no tuve tiempo de armar mi equipaje, así que me fui con lo puesto nomás y mi cámara de fotos para registrar los muy lindos lugares que con seguridad iba a encontrar y ni que hablar la caída de agua de la “Cañada de los negros”.
Como lo dije antes, de Tranqueras al campo, fuimos en la Willy’s de Arta, la cual si bien tenia un equipo de radio, al no tener parlantes, como que era medio al “dope” prenderla, pero eso no fue excusa para que mis oídos percibieran una melodía muy similar a la de la película “Tropa de elite”, ¿se acuerdan del “parraparraparrapapapapa”? bueno cuando íbamos en plena ruta 30, esa música comenzó a sonar fuerte, por lo cual yo pensé, a la flauta, esta nave tiene parlantes escondidos en algún lado,¡¡y como suenan!!, pero no, lo que sonaba era el motor cuando se le voló una bujía que según Arta, se había olvidado de apretar, así que después de una rápida parada y ya con bujía nueva, seguimos viaje hacia el para mi desconocido Valle Lunarejo.
Ya en el campo y después de esperar que llegaran los otros dos participantes de la expedición, que eran Alexandra Lara y el Sapo, arrancamos a mandar pata.
Carina Rodríguez, Arta, Marinel Viera y su hijo Mauri, Sandra dos Reis, y yo completábamos los 8 excursionistas que iban en busca de la cañada perdida.
Se acuerdan que al comenzar la nota les dije que uno de los motivos (y creo que el principal) por el cual Carina me había invitado se los iba a contar después, pues bien, no tardó más de 15 minutos de caminata para que la susodicha me dijera tiernamente, “¿coco, no me llevas la mochilita que voy a sacar una foto?” ¡¡¡2 horas y media sacando fotos!!! Que fue lo que tardamos en llegar a destino, y para colmo pesada como burro muerto, y no era para menos, porque creo que lo único que le faltó llevar en la mochila fue al Negriña y a José Aparicio, porque había de todo allí adentro, ¡¡¡y yo cargaba!!
Muchos lugares lindos nos encontramos en el trayecto, el agua tan transparente y limpia, que incluso la utilizamos para beber.
Después de caminar cerca de una hora y media, escondida atrás de un cerro nos encontramos con la casa de Don Otacilio Lima y doña Zulma, un lugar tan apartado, que hasta dicen que oscurece más tarde porque la noche demora mucho en encontrarlo.
El con sus 89 años y ella con no muchos menos, nos cuentan que viven en ese lugar desde 1962, y no quieren por nada en el mundo salir de ahí. Hoy justamente están recibiendo la visita de sus nietos que viven en La Palma y vinieron a pasar unos días con ellos.
Lo que me sorprendió, fue ver que la vanidad femenina esta presente siempre, pues mientras nos acercábamos al rancho en el cual vivía la pareja, y más al ver a don Otacilio quien nos salio a recibir, yo me imaginaba que Doña Zulma, al estar tan apartada de la ciudad, tendría un aspecto “descuidado”, pero al contrario, cuando surgió en la puerta, la vimos muy arreglada, incluso con el pelo perfectamente pintado y peinado.
Arta en un momento me dijo que Don Otacilio guardaba un “guiso” de cascabel, lo que me parecío medio extraño, pero pensé, “a esta altura con el hambre que tengo me como guiso de cualquier cosa”, pero a lo que se refería era a los añillos que tiene en la cola el temible reptil, que según parece el veterano tenia guardado unos en la casa, cosa que no era así, ya que supuestamente se lo había regalado a un nieto, así que me quedé sin comer “Guiso de cascabel”
Después de unos minutos de charla seguimos, a medida que avanzábamos veíamos las huellas de la sequía, ya que en muchos lugares, donde no hace mucho tiempo corría agua, hoy solamente quedan ríos de piedras.
Por fin después de casi 3 horas de caminar, llegamos al supuesto lugar donde estaba la supuesta Cañada, la cual supuestamente tenia una caída de agua, pero no tuvimos suerte, no solo no pudimos ir hasta el paredón de piedra, ya que el acceso era difícil, y ya estábamos “muertos”, a no ser el intrepido Sapo, que se internó en el monte y “supuestamente” llego hasta el lugar, donde según el, estaba todo seco, por lo cual optamos por armar campamento y asar el chorizo por ahí nomás, la Cañada de los negros quedará para la proxima vez.
Después de una hora y pico tirados en el pasto, decidimos emprender el viaje de regreso, o sea otros 10 kilómetros caminando, ¡mi dios!
Lo bravo no solo fue la caminata, sino soportar a Carina inspiradísima, diciéndonos grandes pensamientos filosóficos, los cuales hasta ahora no entiendo como no fueron a para a los libros de filosofía, por ejemplo “ustedes no comen guiso de cascabel porque es de cascabel, sino comían” ¡¡¡grande Carina!!!, si no fueran de cascabel obvio que comíamos, pues no serian de cascabel, pues no hay guiso de cascabel sin cascabel ¿no? que trabalenguas..En fin, un hermoso paseo, del cual les dejo acá alguna de las tantas fotos que saqué
Fue con ese fin, y con otro que mas adelante les voy a contar, que recibí el día sábado, una invitación de mi amiga Carina Rodríguez, auspiciada por el “Arta” Valdomir y su familia, para ir a realizar una caminata por la mencionada zona el día domingo.
El propósito era ir en auto hasta el campo de ellos, dejar ahí el vehiculo y arrancar a caminar costeando el monte, hasta llegar a un lugar llamado “Cañada de los Negros” donde supuestamente había una caída de agua.
Los planes decían que al llegar al lugar, se armaría un pequeño campamento y tiraríamos al fuego unos chorizos, para reponer energías y descansar antes de emprender el viaje de regreso, ya que desde el campo hasta la cañada son aproximadamente 10 Km. (si, 10 kilómetros de caminata) de ida y otros 10 de vuelta obvio, ya que ómnibus todavía no llega hasta ahí.
Bueno, la cosa arranco el domingo a las 8:45 de la mañana cuando partimos de lo de Arta, equipaje en mano, o mejor decir a espaladas, ya que todos llevaron sus mochillas cargadas de agua y pan, excepto yo, que por levantarme muy sobre la hora no tuve tiempo de armar mi equipaje, así que me fui con lo puesto nomás y mi cámara de fotos para registrar los muy lindos lugares que con seguridad iba a encontrar y ni que hablar la caída de agua de la “Cañada de los negros”.
Como lo dije antes, de Tranqueras al campo, fuimos en la Willy’s de Arta, la cual si bien tenia un equipo de radio, al no tener parlantes, como que era medio al “dope” prenderla, pero eso no fue excusa para que mis oídos percibieran una melodía muy similar a la de la película “Tropa de elite”, ¿se acuerdan del “parraparraparrapapapapa”? bueno cuando íbamos en plena ruta 30, esa música comenzó a sonar fuerte, por lo cual yo pensé, a la flauta, esta nave tiene parlantes escondidos en algún lado,¡¡y como suenan!!, pero no, lo que sonaba era el motor cuando se le voló una bujía que según Arta, se había olvidado de apretar, así que después de una rápida parada y ya con bujía nueva, seguimos viaje hacia el para mi desconocido Valle Lunarejo.
Ya en el campo y después de esperar que llegaran los otros dos participantes de la expedición, que eran Alexandra Lara y el Sapo, arrancamos a mandar pata.
Carina Rodríguez, Arta, Marinel Viera y su hijo Mauri, Sandra dos Reis, y yo completábamos los 8 excursionistas que iban en busca de la cañada perdida.
Se acuerdan que al comenzar la nota les dije que uno de los motivos (y creo que el principal) por el cual Carina me había invitado se los iba a contar después, pues bien, no tardó más de 15 minutos de caminata para que la susodicha me dijera tiernamente, “¿coco, no me llevas la mochilita que voy a sacar una foto?” ¡¡¡2 horas y media sacando fotos!!! Que fue lo que tardamos en llegar a destino, y para colmo pesada como burro muerto, y no era para menos, porque creo que lo único que le faltó llevar en la mochila fue al Negriña y a José Aparicio, porque había de todo allí adentro, ¡¡¡y yo cargaba!!
Muchos lugares lindos nos encontramos en el trayecto, el agua tan transparente y limpia, que incluso la utilizamos para beber.
Después de caminar cerca de una hora y media, escondida atrás de un cerro nos encontramos con la casa de Don Otacilio Lima y doña Zulma, un lugar tan apartado, que hasta dicen que oscurece más tarde porque la noche demora mucho en encontrarlo.
El con sus 89 años y ella con no muchos menos, nos cuentan que viven en ese lugar desde 1962, y no quieren por nada en el mundo salir de ahí. Hoy justamente están recibiendo la visita de sus nietos que viven en La Palma y vinieron a pasar unos días con ellos.
Lo que me sorprendió, fue ver que la vanidad femenina esta presente siempre, pues mientras nos acercábamos al rancho en el cual vivía la pareja, y más al ver a don Otacilio quien nos salio a recibir, yo me imaginaba que Doña Zulma, al estar tan apartada de la ciudad, tendría un aspecto “descuidado”, pero al contrario, cuando surgió en la puerta, la vimos muy arreglada, incluso con el pelo perfectamente pintado y peinado.
Arta en un momento me dijo que Don Otacilio guardaba un “guiso” de cascabel, lo que me parecío medio extraño, pero pensé, “a esta altura con el hambre que tengo me como guiso de cualquier cosa”, pero a lo que se refería era a los añillos que tiene en la cola el temible reptil, que según parece el veterano tenia guardado unos en la casa, cosa que no era así, ya que supuestamente se lo había regalado a un nieto, así que me quedé sin comer “Guiso de cascabel”
Después de unos minutos de charla seguimos, a medida que avanzábamos veíamos las huellas de la sequía, ya que en muchos lugares, donde no hace mucho tiempo corría agua, hoy solamente quedan ríos de piedras.
Por fin después de casi 3 horas de caminar, llegamos al supuesto lugar donde estaba la supuesta Cañada, la cual supuestamente tenia una caída de agua, pero no tuvimos suerte, no solo no pudimos ir hasta el paredón de piedra, ya que el acceso era difícil, y ya estábamos “muertos”, a no ser el intrepido Sapo, que se internó en el monte y “supuestamente” llego hasta el lugar, donde según el, estaba todo seco, por lo cual optamos por armar campamento y asar el chorizo por ahí nomás, la Cañada de los negros quedará para la proxima vez.
Después de una hora y pico tirados en el pasto, decidimos emprender el viaje de regreso, o sea otros 10 kilómetros caminando, ¡mi dios!
Lo bravo no solo fue la caminata, sino soportar a Carina inspiradísima, diciéndonos grandes pensamientos filosóficos, los cuales hasta ahora no entiendo como no fueron a para a los libros de filosofía, por ejemplo “ustedes no comen guiso de cascabel porque es de cascabel, sino comían” ¡¡¡grande Carina!!!, si no fueran de cascabel obvio que comíamos, pues no serian de cascabel, pues no hay guiso de cascabel sin cascabel ¿no? que trabalenguas..En fin, un hermoso paseo, del cual les dejo acá alguna de las tantas fotos que saqué
Comentarios
Cary sos un show, tqm.
lo de la mochila, disculpa!! realmente como pode hacertela cargar todo el camino con tantas cosas!!! perdon coco!!!
pero fue la tal "aventura" (como me conoces Mara!) pasamos de pelicula, la gente de Tranqueras tendria que conocer un poquito mas de nuestro alrededor, y se daria cuenta cuantos lugares hermosos, estan aquí no mas!
Coco, tenemos otra caminata el 17/05, estas invitado. ah! no tenes que llevar nada,nosotros proporcionamos todo, principalmente mochila!!! jejeje
saludos!!! Cary
SALUDOS
CARY
Saludos
che Fernandina estas invitada al paseo! gracias por los saludos, pero me encantaría saber quien sos!!!! saludos
Cary
Gente, el negocio está armado, finalmente una agencia de excursiones en Tranqueras. Yo me anoto como cliente. Jua jua jua!!
Saludos a todos,
Gente, el negocio está armado, finalmente Tranqueras cuenta con una Agencia de Excursiones!!! Yo me anoto como cliente!
Abrazo fuerte y Coco, dale pa delante que esto "tá impecable". Marcelo Abelenda
Un abrazo