Los primeros recuerdos que tengo de Saúl Galarraga son de los más lindos, pues me remontan a mi tan querida infancia, cuando en mi vieja bicicleta que ni me acuerdo que marca era, pero si que tenia un espantoso color verde langosta (y dicho sea de paso se parecía bastante a ese insecto también) estacionaba frente a la vidriera de Farmacia Bersana a contemplar los tan soñados autitos de colección Majorette, que estaban como inalcanzables para mi, en un exhibidor giratorio.
Por suerte algunos pude llegar a comprar, incluso hasta el día de hoy quedan restos de esos autitos mezclados con los juguetes de mi hijo, y fue en esa circunstancia que trate por primera vez con Saúl.
Después vino la etapa del terror, que era lo que sentía al verlo cuando la vida hizo que en mis primeros dragoneos me tocara ser su “yerno”. Verlo a el era como ver al mismisimo “capeta”, y no porque fuera malo, sino que yo era jodido nomás, tanto es así que creo que en esa época ni que regalaran la colección completa de los Majorettes yo llegaría a la farmacia a buscarlos.
Ya después la vida siguió su transcurso, y empecé a hablar mas seguido con Galarraga cuando volví a Tranqueras después de 10 años afuera.
Ahora ya con Saúl establecido con su Cambalache, del cual siempre me ofrecía algo, y en algunos casos también vendió artículos que allí dejamos.
Es de esta ultima época que me queda una anécdota, cuando estando yo en el cyber, orgulloso porque había podido comprar un moderno monitor LCD (los finitos, aclaro para los gruesos como yo) llega Saúl a conversar un rato y me dice “Coco, tengo algo que es perfecto para combinar con ese artefacto, una caja registradora de esas a manija, (modelo 1930 creo) no sabes como funciona!! Está enterita!!!”
Pues si, ayer 25 de Agosto me desperté con la noticia que Don Saúl Galarraga Méndez había partido sorpresivamente, mientras pensaba “no puede ser si lo vi ayer” me vino la imagen de Saúl cruzando la calle frente al Centro Artigas Uruguay, rumbeando como pal’ lado de la Junta Local, en lo que para mi fue la ultima vez que lo vi.
Puedo hablar con propiedad porque lo viví en carne propia con mi abuela, quien dejo este mundo tan sorpresiva y repentinamente como Saúl, el inmenso dolor que deja al irse tan inesperadamente, tiene como contrapartida la seguridad de todos los que lo quieren, que si pudiéramos elegir como partir, lo haríamos como ellos, sin dolor y sin sufrimiento.
A Sonia, Nancy, el Gato, Ninoska, a sus nietos y a todos los familiares de Saúl, un enorme abrazo en este tan duro momento, y sé que a través de este medio mucha gente que esta lejos, también en la distancia va a acompañarlos.
Por suerte algunos pude llegar a comprar, incluso hasta el día de hoy quedan restos de esos autitos mezclados con los juguetes de mi hijo, y fue en esa circunstancia que trate por primera vez con Saúl.
Después vino la etapa del terror, que era lo que sentía al verlo cuando la vida hizo que en mis primeros dragoneos me tocara ser su “yerno”. Verlo a el era como ver al mismisimo “capeta”, y no porque fuera malo, sino que yo era jodido nomás, tanto es así que creo que en esa época ni que regalaran la colección completa de los Majorettes yo llegaría a la farmacia a buscarlos.
Ya después la vida siguió su transcurso, y empecé a hablar mas seguido con Galarraga cuando volví a Tranqueras después de 10 años afuera.
Ahora ya con Saúl establecido con su Cambalache, del cual siempre me ofrecía algo, y en algunos casos también vendió artículos que allí dejamos.
Es de esta ultima época que me queda una anécdota, cuando estando yo en el cyber, orgulloso porque había podido comprar un moderno monitor LCD (los finitos, aclaro para los gruesos como yo) llega Saúl a conversar un rato y me dice “Coco, tengo algo que es perfecto para combinar con ese artefacto, una caja registradora de esas a manija, (modelo 1930 creo) no sabes como funciona!! Está enterita!!!”
Pues si, ayer 25 de Agosto me desperté con la noticia que Don Saúl Galarraga Méndez había partido sorpresivamente, mientras pensaba “no puede ser si lo vi ayer” me vino la imagen de Saúl cruzando la calle frente al Centro Artigas Uruguay, rumbeando como pal’ lado de la Junta Local, en lo que para mi fue la ultima vez que lo vi.
Puedo hablar con propiedad porque lo viví en carne propia con mi abuela, quien dejo este mundo tan sorpresiva y repentinamente como Saúl, el inmenso dolor que deja al irse tan inesperadamente, tiene como contrapartida la seguridad de todos los que lo quieren, que si pudiéramos elegir como partir, lo haríamos como ellos, sin dolor y sin sufrimiento.
A Sonia, Nancy, el Gato, Ninoska, a sus nietos y a todos los familiares de Saúl, un enorme abrazo en este tan duro momento, y sé que a través de este medio mucha gente que esta lejos, también en la distancia va a acompañarlos.
Comentarios
La verdad q sin palabras, es algo que no tiene explicación, era y sera una persona muy querida por todos, solo decir q dios este con el y a todos los familiares a Pablo en especial q lo siento por no poder estar ahi, pero q sabe q siempre estare con el. un abrazo a todos.
Hasta luego, querido amigo. Dios bendiga tu alma buena.