Michel, mi madre Teresa (que tambien es la madre de Michel) y yo
“Madre hay una sola”…decía el hijo de Eva en el paraíso, y la verdad que tenía razón, en ese entonces la única madre era la doña comedora de manzanas, pero de ahí en más la historia cambió, y lo de la única madre, desde mi punto de vista está lejos de ser verdad.
“Madre hay una sola”…decía el hijo de Eva en el paraíso, y la verdad que tenía razón, en ese entonces la única madre era la doña comedora de manzanas, pero de ahí en más la historia cambió, y lo de la única madre, desde mi punto de vista está lejos de ser verdad.
Madres hay millones, trillones y no sé cuantos “llones” más, entonces afirmar que hay una sola, es dejar de lado a todas las otras.
Que “nuestra” madre es única, eso sí es otra cosa, cada uno de nosotros seguramente en este momento esta recordando algún momento vivido con “la vieja” que reafirma este concepto.
En este día de la madre, no me voy a poner a realizar grandes versos llenos de amor, ternura y cariño, pues todo eso ya lo encuentran a granel en internet con solo poner la palabra madre en google, pero si voy a ponerme a pensar en algunos momentos vividos con quien me dio la luz y contarselos a ustedes. Nada de narraciónes melodramaticas ni dignas de novelva mejicana, sino que hechos cotidianos pasados con "mi vieja" pero que muestran en toda su plenitud las cosas que hacen las madres por sus hijos.
Mis primeros recuerdos datan de cuando tendría unos 3 o 4 años, con el famoso “sacudí, des-sacudí” .Mi madre preparaba la mamadera, me tomaba en su falda y yo le decía “sacudí” para que ella mezclara la leche con el chocolate, “ta” gritaba yo cuando creía que era suficiente ya la sacudida, pero mi madre siempre seguía un poquito más, entonces me quedaba con unas trompas barbarás y le decía “des-sacudí” y ella tenía que “des-sacudir” la mema, empezando con el movimiento contrario al que lo había hecho de la primera vez, y ahí si…..yo quedaba contento y tomaba todo.
Cuando me tocaba ir a la escuela en el turno de la mañana, esperaba que mi madre viniera a despertarme, sacaba un pie para fuera de la sabana para que ella me pusiera una media, luego giraba y sacaba el otro, luego ella me tomaba de los brazos y me sentaba en la cama, y yo haciéndome el dormido, luego me vestía, y me llevaba hasta la mesa a tomar el café, y eso que ya era medio “barbadito”, estaba en cuarto o quinto año.
Una de las virtudes que tenía (y todavía tengo), era que garabateaba lindo en los dibujos, siempre me gustó y siempre me defendí lindo, tanto que una vez la maestra se negó a ponerme nota en uno de mis trabajos porque decía que el dibujo lo había hecho un adulto…allá fue doña Teresa a sacar cara por mi y pedirle explicaciones a la mujer de blanco.
Hoy por hoy, que ya soy un poco más grande que un niño de escuela, es más, ya tengo un niño en la escuela, todavía cada vez que voy a viajar o tomar alguna decisión, allá están los consejos (o sermones) de mi madre, tal cual lo hacía cuando era un niño “abrígate”, “andá despacio” “cuando llegues llámame” “cuidado con el tren”…..bueno, muy similares a los que seguramente ustedes reciben de sus madres.
En fin, gracias a esos y otros “rezongos”, es que hoy trato de estar en el buen camino, y puedo disfrutar cuando mi hijo me mira con orgullo, y sin dudas lo que soy no es más que el reflejo de lo fue y es mi madre para mí.
Feliz día má...feliz día a todas las madres.
Comentarios
conocer a tu Madre a través de tus palabras es ver a mi Madre , y verme reflejada yo ...también mis hijos hacían eso de sacar un pie para que les pusiera la media ... ja ja
felicidades y sigo tus comentarios para divertirme
Saludos desde Tranqueras
Larry