El viejoLiceo, hoy es culto y talabartería
El patio tomado por el pasto
El hall donde quedaba el baño de profesores
El patio tomado por el pasto
El hall donde quedaba el baño de profesores
La ventana del viejo laboratorio, donde pasé sentado la primera vez que me echaron de clase
Martinez muestra orgulloso sus trabajos que vende en lo que era el salón chico de afúera
Martinez muestra orgulloso sus trabajos que vende en lo que era el salón chico de afúera
En este mes tan especial para nosotros los uruguayos, ya que festejamos la nostalgia, si porque es un invento nuestro, es inevitable no dejarse llevar por pensamientos que nos transportan hasta lo más lindo de nuestro pasado.
Y no podemos hablar de recordar, sin mencionar una etapa muy especial para todos nosotros, como lo fue la vivida durante la edad escolar y liceal.
Es en esta segunda que me quiero detener, porque casualmente en el día de hoy, mientras recorría la ciudad, al llegar a calle Maria Abramo, a la altura de Mevir 1, fue imposible no detenerme frente a aquella antigua construcción, color rosa viejo ( y viejo en todos los sentidos) a la cual hacia cerca de 20 años no entraba, estoy hablando del antiguo liceo de Tranqueras.
La suerte estaba de mi lado, porque justo al momento en que me detengo, veo que asoma desde lo que fue mi ultimo salón, un señor impecablemente vestido con camisa y corbata incluida, se trata de don Juan Carlos Martínez, quien actualmente alquila el local, que se transformó en una iglesia por un lado y una talabarteria por otro, bien variada la oferta como quien dice...
Como ya lo concia al amigo Martínez, le pedí permiso para tomar unas fotos del local, a lo que accedió sin ningún inconveniente.
Confieso que entrar nuevamente por el portón lateral, tal cual lo hacia a principios de los 90 me emocionó, el ver como se mantenía toda la estructura prácticamente intacta, lo único que totalmente tomada por el pasto.
A medida que caminaba, automáticamente se me venían recuerdos a la mente, relacionados con el lugar que estaba mirando.
El hall pegado a lo que era el baño de los profesores, al verlo recordé la vez que durante una clase nuestra querida profe de francés nos avisó que salía por un momento, y a tranco largo se metió al baño, lugar donde estuvo por varios minutos, y en el cual al salir dejó sonado la vieja cisterna, para acto seguido ingresar nuevamente al salón, que estaba justamente al lado de dicho baño, unidos prácticamente por una ventana que quedaba cara a cara con la puerta del escusado, y fue por esa ventana que vino como persiguiendo a la profe, un aroma no de los mas agradables, fruto seguro del producto que había sido depositado en el W.C.
Demás esta decir, que nosotros barbados de 16 o 17 años empezamos a apretarnos para no reírnos, hasta que el brillante “rapadura” Garin, sin mucha vuelta levanto la mano, pidió la palabra, la cual fue concedida por nuestra profe, y dijo a viva vos “profe no da pa’ cerrar la ventana que ta brava la cosa”, demás esta decir que esas fueron las ultimas palabras del rapadura adentro del salón, ya que lo mandaron al patio a respirar aire puro.
Así miles de anécdotas se me cruzaban por la mente, vi la ventana en la cual acompañado por el “Sapo” Medina, en una tarde fría y con una llovizna galopeada como se dice por acá, pasé sentado la primera vez que me echaron de clase, justamente la misma profe de francés (no crean que me estoy desquitando acá) por estar masticando chicle en el salón.
Me acordaba de los recreos donde hablaba de fútbol con Sergio, Pablo, el Pinocho, el gallego Richard, o de música con Oscar, ni que hablar donde correteaba alguna gurisa, que generalmente no me daban pelota, y donde Apolinario intentaba sin obtener resultados positivos conquistar el amor se su eterna musa Gina Maria.
Claro que no todo era joda, también teníamos clase, de filosofía con William…zzzzzzzzzzzzzzzz…..upsss!! Perdón me dormí, de historia con Lucho (que se festeja mismo el 16 de julio? El maracanzao o la jura de la constitución?), de Sociología con una profe de Rivera que no me acuerdo el nombre pero era muy bonita, nos sentábamos todos adelante solamente para mirarla, de Italiano con Ana Luisa y obviamente las de literatura con Aurelia Olivera, que esa si mis amigos!! No era fácil, con ella no se jugaba, el más relajador pasaba a ser un santo, el más charlatán enmudecía, el gracioso pasaba a ser el más serio, nadie se animaba meterse con Aurelia.
En fin, esos recuerdos y sensaciones (y muchísimos más que serian imposible describirlos acá) los pude revivir hoy al entrar nuevamente al viejo liceo, y de inmediato quise compartirlo con ustedes.
Como dice Raul Seixas “Fim de papo”
Y no podemos hablar de recordar, sin mencionar una etapa muy especial para todos nosotros, como lo fue la vivida durante la edad escolar y liceal.
Es en esta segunda que me quiero detener, porque casualmente en el día de hoy, mientras recorría la ciudad, al llegar a calle Maria Abramo, a la altura de Mevir 1, fue imposible no detenerme frente a aquella antigua construcción, color rosa viejo ( y viejo en todos los sentidos) a la cual hacia cerca de 20 años no entraba, estoy hablando del antiguo liceo de Tranqueras.
La suerte estaba de mi lado, porque justo al momento en que me detengo, veo que asoma desde lo que fue mi ultimo salón, un señor impecablemente vestido con camisa y corbata incluida, se trata de don Juan Carlos Martínez, quien actualmente alquila el local, que se transformó en una iglesia por un lado y una talabarteria por otro, bien variada la oferta como quien dice...
Como ya lo concia al amigo Martínez, le pedí permiso para tomar unas fotos del local, a lo que accedió sin ningún inconveniente.
Confieso que entrar nuevamente por el portón lateral, tal cual lo hacia a principios de los 90 me emocionó, el ver como se mantenía toda la estructura prácticamente intacta, lo único que totalmente tomada por el pasto.
A medida que caminaba, automáticamente se me venían recuerdos a la mente, relacionados con el lugar que estaba mirando.
El hall pegado a lo que era el baño de los profesores, al verlo recordé la vez que durante una clase nuestra querida profe de francés nos avisó que salía por un momento, y a tranco largo se metió al baño, lugar donde estuvo por varios minutos, y en el cual al salir dejó sonado la vieja cisterna, para acto seguido ingresar nuevamente al salón, que estaba justamente al lado de dicho baño, unidos prácticamente por una ventana que quedaba cara a cara con la puerta del escusado, y fue por esa ventana que vino como persiguiendo a la profe, un aroma no de los mas agradables, fruto seguro del producto que había sido depositado en el W.C.
Demás esta decir, que nosotros barbados de 16 o 17 años empezamos a apretarnos para no reírnos, hasta que el brillante “rapadura” Garin, sin mucha vuelta levanto la mano, pidió la palabra, la cual fue concedida por nuestra profe, y dijo a viva vos “profe no da pa’ cerrar la ventana que ta brava la cosa”, demás esta decir que esas fueron las ultimas palabras del rapadura adentro del salón, ya que lo mandaron al patio a respirar aire puro.
Así miles de anécdotas se me cruzaban por la mente, vi la ventana en la cual acompañado por el “Sapo” Medina, en una tarde fría y con una llovizna galopeada como se dice por acá, pasé sentado la primera vez que me echaron de clase, justamente la misma profe de francés (no crean que me estoy desquitando acá) por estar masticando chicle en el salón.
Me acordaba de los recreos donde hablaba de fútbol con Sergio, Pablo, el Pinocho, el gallego Richard, o de música con Oscar, ni que hablar donde correteaba alguna gurisa, que generalmente no me daban pelota, y donde Apolinario intentaba sin obtener resultados positivos conquistar el amor se su eterna musa Gina Maria.
Claro que no todo era joda, también teníamos clase, de filosofía con William…zzzzzzzzzzzzzzzz…..upsss!! Perdón me dormí, de historia con Lucho (que se festeja mismo el 16 de julio? El maracanzao o la jura de la constitución?), de Sociología con una profe de Rivera que no me acuerdo el nombre pero era muy bonita, nos sentábamos todos adelante solamente para mirarla, de Italiano con Ana Luisa y obviamente las de literatura con Aurelia Olivera, que esa si mis amigos!! No era fácil, con ella no se jugaba, el más relajador pasaba a ser un santo, el más charlatán enmudecía, el gracioso pasaba a ser el más serio, nadie se animaba meterse con Aurelia.
En fin, esos recuerdos y sensaciones (y muchísimos más que serian imposible describirlos acá) los pude revivir hoy al entrar nuevamente al viejo liceo, y de inmediato quise compartirlo con ustedes.
Como dice Raul Seixas “Fim de papo”
Comentarios
che y la Cuca? (que nos mira desde arriba) vendía las empanadas pero no sin dejar claro en su tipico y muy comico portuñol " nao me fasam FARELAMA no piso que resem barri"!! jejejejeje
si que tenemos cada uno un muy buen recuerdo del liceo viejo, gracias coco por hacernos revivir estos buenos momentos
se vemo
Tantos recuerdos de Tranquerasss...Que nostalgia!!!
Daniela Saravia.