El único pez que el gordo pescó en su larga historia de pescador
Uno de los "pescados de centro"
Las flechas rojas indican el recorrido que hacian los bichitos durante la noche que fueron vistos
Este no respetó el semáforo y fue violentamente atropellado por un vehiculo que se dío a la fuga
La gente esperando el coletazo pa' agarrar algun pescado
Foto histórica, El Gordo con una azada, segun su propia madre fue la primera vez que se lo vio con dicha herramienta de trabajo.
Hace unos cuantos años, nuestra ciudad fue noticia porque supuestamente había nacido un ternero con cabeza de gente, hasta hoy hay controversias sobre la paternidad del bicho, candidatos a posibles padres no faltan, pero todavía nadie registró a la criatura.
Mas cerca en el tiempo, tuvimos al famoso Lobisón que fue tema central en mas de una charla bolichera, el hombre de la “capa preta”, en fin... Tranqueras siempre fue cuna de grandes leyendas urbanas, pero la que les voy a contar ahora supera a todas las anteriores, no en lo fantástico, sino en lo verídico porque pude comprobar “in situ” la veracidad de la historia.
Días atrás, al llegar a la popular y ya legendaria Librería Rex, me encuentro con un sorprendido Jorge Antonio, el popular “Gordo del Rex” quien mientras sacaba unas fotocopias y vendía unos cuadernos, no despegaba un ojo (si, porque con el otro atendía al cliente) de un balde que había sobre el mostrador largo y blanco del local.
Confieso que por un momento pensé “el gordo ta’ loco” o está alucinando, pues adentro del recipiente plástico, como un trofeo de guerra nadaba bien campante un pescadito, cruza de bagre con vieja del agua, según palabras del maestro pescador Jorge Antonio.
Acá viene lo increíble de la historia, para agarrar el bichito, el gordo no tuvo mas que caminar 5 metros, que es lo que separa la puerta de la zanjita que cruza la calle en la esquina de Brasil y Artigas, entre “el teco” y la librería para ser más claro, donde en la noche anterior saltaban los peces a tuerto y derecho, parece que molestos porque los pescadores de Tranqueras cuando iban a pescar lo único que agarraban era bruta borrachera, los vertebrados decidieron venir en busca de los pescadores, como heridos en su orgullo de peces, pues que van a decir allá en el río, que nadie los pesca, que no sirven ni pa’ pescado.
Como se pueden imaginar, lo primero que hice cuando el gordo me contó fue mirarlo como diciendo “me tas tomando el pelo”, a lo que Jorge Antonio enseguida retruco y como para consolidar sus palabras me puso a un testigo...El Flaco Drácula!!! ahí si...si tenia dudas de la veracidad de la historia, con semejante testigo quedé seguro....¡¡¡ me estaban mintiendo!!!.
Pero claro, el gordo al ver que su testigo no era precisamente uno de aquellos que se pueden decir “plenamente confiable” me comenzó a nombrar a medio barrio, a todos los que habían visto el desfile de peces, siendo uno de los pescadores de pueblo, Amalio el taxista, incluso logrando agarrar a dos de los bichitos.
No que yo dude del gordo, pero....al tranquito agarré pa’l lado de la casa del presunto segundo pescador y no es que para mi sorpresa ahí estaba Nery, la doña de Amalio con otro balde lleno de agua y con dos pescados retozando y coleteando como los mejores.
Ahí si comencé a dar crédito a la historia, y mas cuando con lujos de detalles Nery me contó donde andaban los pescados, incluso para corroborar fui hasta el cruce de calle y efectivamente habían pescados aplastados por las ruedas de los autos en pleno centro de nuestra ciudad.
Como fueron a parar ahí, no tengo ni la más pálida idea, pero lo cierto es que mientras sacaba las fotos para la nota, varios se acercaron contándome que efectivamente andaban los bichos nadando por esa zanja la noche anterior.
Lo cierto es que en la librería Rex tuvieron que agrandar la puerta porque el gordo no entraba de tan “ancho” que quedó porque dice con orgullo que es el único pescador que no necesita ir a buscar a los peces, pues estos vienen a él, aunque yo interpretaría como que es tan mal pescador que solo así para poder sacar algo.
Eso si, para terminar una critica a Jorge Antonio, quien viendo que los peces en el centro de Tranqueras iba a entrar para la historia, decidió ofuscar tal acontecimiento haciendo algo infinitas veces mas increíble que lo relatado en esta nota, aunque ustedes no lo crean el gordo ¡¡¡¡¡Agarró una azada!!!!!! Lo que casi le provocó un ataque de pánico a Osir, quien en esos momentos se asomaba a la puerta del comercio, según ella expresó a viva voz, fue la primera ves en su vida que vio al gordo acercarse a tal herramienta de trabajo, obviamente entro en “shock” su madre, pues pensó que el gordo definitivamente no estaba en su sano juicio.
Pues bien, si Landriscina tiene su cuento de los pescados de patio, nosotros podemos decir que tenemos nuestros “pescados de centro”.
Uno de los "pescados de centro"
Las flechas rojas indican el recorrido que hacian los bichitos durante la noche que fueron vistos
Este no respetó el semáforo y fue violentamente atropellado por un vehiculo que se dío a la fuga
La gente esperando el coletazo pa' agarrar algun pescado
Foto histórica, El Gordo con una azada, segun su propia madre fue la primera vez que se lo vio con dicha herramienta de trabajo.
Hace unos cuantos años, nuestra ciudad fue noticia porque supuestamente había nacido un ternero con cabeza de gente, hasta hoy hay controversias sobre la paternidad del bicho, candidatos a posibles padres no faltan, pero todavía nadie registró a la criatura.
Mas cerca en el tiempo, tuvimos al famoso Lobisón que fue tema central en mas de una charla bolichera, el hombre de la “capa preta”, en fin... Tranqueras siempre fue cuna de grandes leyendas urbanas, pero la que les voy a contar ahora supera a todas las anteriores, no en lo fantástico, sino en lo verídico porque pude comprobar “in situ” la veracidad de la historia.
Días atrás, al llegar a la popular y ya legendaria Librería Rex, me encuentro con un sorprendido Jorge Antonio, el popular “Gordo del Rex” quien mientras sacaba unas fotocopias y vendía unos cuadernos, no despegaba un ojo (si, porque con el otro atendía al cliente) de un balde que había sobre el mostrador largo y blanco del local.
Confieso que por un momento pensé “el gordo ta’ loco” o está alucinando, pues adentro del recipiente plástico, como un trofeo de guerra nadaba bien campante un pescadito, cruza de bagre con vieja del agua, según palabras del maestro pescador Jorge Antonio.
Acá viene lo increíble de la historia, para agarrar el bichito, el gordo no tuvo mas que caminar 5 metros, que es lo que separa la puerta de la zanjita que cruza la calle en la esquina de Brasil y Artigas, entre “el teco” y la librería para ser más claro, donde en la noche anterior saltaban los peces a tuerto y derecho, parece que molestos porque los pescadores de Tranqueras cuando iban a pescar lo único que agarraban era bruta borrachera, los vertebrados decidieron venir en busca de los pescadores, como heridos en su orgullo de peces, pues que van a decir allá en el río, que nadie los pesca, que no sirven ni pa’ pescado.
Como se pueden imaginar, lo primero que hice cuando el gordo me contó fue mirarlo como diciendo “me tas tomando el pelo”, a lo que Jorge Antonio enseguida retruco y como para consolidar sus palabras me puso a un testigo...El Flaco Drácula!!! ahí si...si tenia dudas de la veracidad de la historia, con semejante testigo quedé seguro....¡¡¡ me estaban mintiendo!!!.
Pero claro, el gordo al ver que su testigo no era precisamente uno de aquellos que se pueden decir “plenamente confiable” me comenzó a nombrar a medio barrio, a todos los que habían visto el desfile de peces, siendo uno de los pescadores de pueblo, Amalio el taxista, incluso logrando agarrar a dos de los bichitos.
No que yo dude del gordo, pero....al tranquito agarré pa’l lado de la casa del presunto segundo pescador y no es que para mi sorpresa ahí estaba Nery, la doña de Amalio con otro balde lleno de agua y con dos pescados retozando y coleteando como los mejores.
Ahí si comencé a dar crédito a la historia, y mas cuando con lujos de detalles Nery me contó donde andaban los pescados, incluso para corroborar fui hasta el cruce de calle y efectivamente habían pescados aplastados por las ruedas de los autos en pleno centro de nuestra ciudad.
Como fueron a parar ahí, no tengo ni la más pálida idea, pero lo cierto es que mientras sacaba las fotos para la nota, varios se acercaron contándome que efectivamente andaban los bichos nadando por esa zanja la noche anterior.
Lo cierto es que en la librería Rex tuvieron que agrandar la puerta porque el gordo no entraba de tan “ancho” que quedó porque dice con orgullo que es el único pescador que no necesita ir a buscar a los peces, pues estos vienen a él, aunque yo interpretaría como que es tan mal pescador que solo así para poder sacar algo.
Eso si, para terminar una critica a Jorge Antonio, quien viendo que los peces en el centro de Tranqueras iba a entrar para la historia, decidió ofuscar tal acontecimiento haciendo algo infinitas veces mas increíble que lo relatado en esta nota, aunque ustedes no lo crean el gordo ¡¡¡¡¡Agarró una azada!!!!!! Lo que casi le provocó un ataque de pánico a Osir, quien en esos momentos se asomaba a la puerta del comercio, según ella expresó a viva voz, fue la primera ves en su vida que vio al gordo acercarse a tal herramienta de trabajo, obviamente entro en “shock” su madre, pues pensó que el gordo definitivamente no estaba en su sano juicio.
Pues bien, si Landriscina tiene su cuento de los pescados de patio, nosotros podemos decir que tenemos nuestros “pescados de centro”.
Comentarios
suerte que tenemos un monton de lugares ahora para la pesca deportiva aca en la city!!!!!
ahora si creo en tus historias de pescador!!!! como dice hay q ver para creer jejejejjjeej