Me tapei de nojo...

Para trabajar no hay que ponerse muy exquisitos...
Haciamos 627 kilometros en esta casilla de lata colocada arriba de un camión, para venir una vez al mes a Tranqueras y acá estamos...hoy están con problemas para ir a Rivera a presentarse a trabajar en AFE, ¡¡¡Por favor!!!



Me acuerdo como si fuera hoy, Viernes 11 de febrero de 1995, yo recién estaba saliendo de la cáscara de la adolescencia, cuando ese día sonó el teléfono de la casa de mis padres, era el buen amigo Oscar “Fifo” Rodríguez quien desde Montevideo llamaba para ofrecerle trabajo a un primo mío, quien por estar ya empleado lo rechazó.
De inmediato y sin pensar mucho, viendo esa oportunidad “boyando” me ofrecí para ir, lo cual medio a desgano fue aceptado por el “Fifo”, tal cual el mismo me confesó tiempo después.
¿Cuándo tenemos que ir? Le pregunté, “pasado mañana, domingo” me contestó casi de inmediato, lo cual me sorprendió un poco, porque yo nunca antes había salido por mucho tiempo de Tranqueras, a no ser a pasear una semana a estación ataques, donde tenia parientes, o algún viaje muy esporádico a Rivera, siempre acompañado de mis padres, y ahora en menos de 2 días salir de abajo de la pollera de mamá.. No era fácil
El trabajo era en Boca del Cufré ¿conocen? Bueno, yo tampoco nunca antes en mi vida había oído nombrar tal lugar, pero resumiendo, quedaba de donde el diablo perdió el poncho, un poquito más al fondo y a la derecha.
Primer parada fue Montevideo, donde llegué acompañado por el Fifo, pero de ahí me largaron solo hasta Ecilda Paullier, un pequeño pueblo a 110 km de distancia de la capital por Ruta 1.
Pero acá no terminaba la historia, pues en ese lugar, “que nunca antes había pisado en mi vida”, con el colchón al hombro y mis bolsos por el piso, tenía que esperar que pasara un camión de la empresa que yo iba a trabajar, hacerle seña y pedirle que me llevara hasta Boca del Cufre, 17 kilómetros hacia el sur, por un camino de piedra similar al camino que va a la Fymnsa, lo que en total daba una distancia de 627 kilómetros entre ese lugar y nuestra querida Tranqueras
Como pasaban las horas y nada del camión, de pronto vi un viejo ( y cuando digo viejo...es viejo mismo) ómnibus que decía en su destino el nombre del lugar hacia donde mi dirigía, ahí nomás no dudé ni un segundo, estiré el brazo y subí con todos mis monos al sexagenario vehiculo, en el cual, aunque parezca mentira estaba sonando aquella música de Netinho que decía “a ti prefiero uma cerveja, a ti amigos a uma mesa”, “Total” creo que se llama, y eso me quedó en la memoria hasta el día de hoy, porque estando tan lejos, tan al sur del país, cuando subo a un viejo ómnibus que se dirige hacia lo que para mi era el fin del mundo por lo lejos, suena una música brasilera, de inmediato me sentí un poco mas en casa, pues tengan en cuenta que les hablo de 1995, donde Internet por ejemplo estaba a millones de años luz de ser lo que es ahora.
Pero redondeando y llegando al punto, 10 años estuve en la empresa Ramón Álvarez, hasta abril del 2005 cuando por voluntad propia decidí volver a mi pago.
¿Por qué les cuento esta historia? Les explico: como buen Tranquerense tengo la sana costumbre de escuchar las radios locales, ya sea 90 palabras en FM Acacia o Frontera Abierta en Tranqueras FM entre otros muy buenos programas que nos ofrecen nuestros medios de comunicación, y fue en este ultimo que ayer por la mañana durante todo el tiempo que duro Frontera abierta se pasaron mandando mensajes gente que salio sorteada, hace unos cuantos meses ya para trabajar en AFE, los cuales debían presentarse en el día de hoy a la hora 7.00 en la estación central de Rivera ( a solo 56 km de acá) para comenzar a “agachar el lomo”.
¿Cómo hago para ir? ¿Dónde me quedo? ¿Cómo voy a ir si el ómnibus sale a las 6:30 de acá y yo tengo que estar a las 7 allá? Más o menos así fueron los mensajes que atomizaron toda la mañana a Wilson y al Chipy, quienes obviamente terminaron ya fastidiados con tanta pelotudez.
¡¡No sean malos!!! Para ir a un baile o salir de farra duermen hasta debajo de un banco de la Plaza, pero para trabajar se ponen con Gre gre gre para decir Gregorio.
No digo esto solamente por el hecho de criticar, sino para que se den cuenta que es una oportunidad única que tienen de ingresar a trabajar en un ente del estado, un trabajo seguro, que lo último que tienen que preocuparse es de cómo llegar o donde quedarse.
Se van a dedo el día anterior, pagan un micro entre todos, van en moto, caminando... duermen en la propia estación, si me dijeran que estamos en invierno con 5º bajo cero todavía vaya y pase, pero con estos calores dan ganas de dormir afuera, así que una noche a la intemperie en Pro de conseguir un buen trabajo creo que mas que un castigo es una bendición.
Espero con sinceridad que cuando ustedes estén leyendo esto, esos 15 Tranquerenses ya estén todos literalmente en la vía....trabajando obviamente y que aprovechen esa oportunidad, porque en este caso más que nunca se puede decir que “el tren pasa una sola vez, si lo dejan ir se quedan a pie”