La tristeza intenta una y otra vez ganarme, pero no lo ha logrado ni lo logrará, seria injusto con esos muchachos que dejaron el alma en la cancha hasta el ultimo minuto, y no con esto quiero que piensen que soy un conformista derrotado, no…al contrario, me gustaría como a todos los uruguayos haber ganado el partido de hoy y estar en la final, pero..¿Que le vamos a reprochar a estos guerreros?
Acá no hay que buscar ahora “peros” ni excusas, se hizo lo que se tenia que hacer, y en el fútbol como en la vida es así, a veces se gana y otras veces caemos derrotados.
En las buenas es fácil estar, es lo mas lindo, todos somos ganadores, pero en las “otras” es que se ve el verdadero significado de todo aquello que muchas veces pregonamos con palabras pero que queda en eso nomás, porque en la hora de la derrota aparecen muy pocos o muchas veces ninguno.
Esto no fue lo que nos enseñaron estos gladiadores celestes, quienes con su humildad dentro y fuera de la cancha nos demostraron que muchas veces el resultado final de un partido es un detalle, que puede llevar a la gloria a algunos y al fracaso a otros, pero no a nosotros, los uruguayos que siendo el segundo país mas chico en población dentro de los que disputaron el mundial, dejamos atrás a grandes potencias del fútbol y fuimos derrotados pero no caímos, sino que salimos de pie y con la cabeza bien en alto.
El pueblo lo reconoció como debe ser, obviamente las sonrisas en los rostros no eran las mismas que las de días atrás, había una mezcla agridulce de deber cumplido y de pena por no llegar a la final, pero todos y cada uno de los tranquerenses que salieron en caravana, no a festejar, pero si a reconocer lo hecho por nuestra selección representaba vivamente aquella estrofa de la canción de No Te Va Gustar que dice “hay algo que sigue vivo, nos renueva la ilusión….”
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Natalia N.